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subsistencia comun, todo cuanto escede la vuestra? Destituido de razones sólidas y valederas para justificarse, y de fuerzas suficientes para defenderse, aniquilando facilmente á uno solo, pero aniquilando él mismo por el gran número de bandidos; solo contra todos, y no siéndole posible, á causa de las envidias mutuas, unirse con sus iguales contra unos enemigos unidos por la esperanza comun del pillage, el rico obligado por la necesidad, concibió finalmente el proyecto el mas meditado y capcioso que ha podido caber en el espíritu humano; y fue el de emplear en su favor las fuerzas mismas de aquellos que le atacaban, de hacer sus propios defensores de sus adversarios, de inspirarles otras máximas, y de darles unas instituciones, que le fuesen á él tan favorables, como el derecho natural le era contrario.

Con este objeto, despues de haber manifestado á sus vecinos el horror de una situacion que armaba á los unos contra los otros, que hacia tan onerosas sus posesiones como sus necesidades, y en la cual nadie podia hallar su seguridad, ni en la pobreza, ni en la riqueza, inventó con facilidad razones especiosas