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DE DIÓGENES LAERCIO.

to en Grecia una cosa que le admiraba, á saber, que se dexaban el humo en el monte, y trahian la leña á casa [1]. Preguntandole uno si eran mas los vivos que los muertos, respondio: En qué clase de esas dos pones los navegantes? Á un Ateniense que le objetaba el que era Scita, respondio: A mi me deshonra mi patria: pero tu eres el deshonor de la tuya. Preguntado qué cosa era buena y mala en los hombres, respondio: La lengua. Decia, que mejor era tener un amigo ilustre, que muchos ordinarios. Llamaba al Foro, lugar destinado para mutuos engaños y fraudes. Habiendolo injuriado de palabra un joven en un convite, dixo: Mancebo, si ahora que eres joven no puedes sufrir el vino, quando envejeceras sufriras el agua. Segun algunos, inventó para el uso de la vida humana las ancoras, y la rueda de alfar. Escribio esta Carta:

Anarcasis á Creso.

5 „Me fui á Grecia, ó Rey de Lidia, á fin de aprender sus costumbres y disciplina. No necesíto oro alguno: y me basta si vuelvo á Scitia mas instruido: no obstante pasaré á Sardes; pues tengo en mucho ser tu conocido.”

  1. Algunos lo entienden del carbon; otros, de la leña tostada que usaron los antiguos; y aun usan algunas ciudades de Italia.