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LIBRO I.

habiendose adornado Creso una vez con toda especie de ornatos, y sentándose en su trono, le preguntó, si habia nunca visto espectáculo mas bello: á lo que respondio: lo habia visto en los gallos, faysanes y pavos; pues estos resplandecian con adornos naturales, y marabillosa hermosura.

5 De aqui pasó á Cilícia; fundó una ciudad que de su nombre llamó Solos, y la poblo de habitantes Atenienses, los quales, como andando el tiempo perdiesen en parte el idioma pátrio, se dixo que solecizaban. De aqui que se llamaron estos Solenses, y los de Chipre Solios. Sabido que Pisistrato perseveraba en el Reynado, escribio á los Atenienses en esta forma:

Si oprimidos os veis, echad la culpa
Sobre vosotros mismos, nó á los Dioses.
Dando á algunos poder, dando riquezas,
Comprais la servidumbre mas odiosa.
De ese varon os embelesa el habla,
Y nada reparais en sus acciones.

Hasta aqui Solón. Luego que Pisistrato supo su fuga, le escribio asi:

Pisistrato á Solón.

6 ”Ni soy yo el primer Ateniense que se alzó con el Reyno, ni me arrógo cosa que no me pertenezca, siendo descendiente de Cecrope. Tómome lo mismo que los Atenienses juraron dar á Codro