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DE DIÓGENES LAERCIO.

cias, que se ha de adorar á Dios: que á nadie se ha de hacer daño; y que se ha de exercitar la fortaleza. Clitarco en el libro 12 añade, que los Gimnosofistas no temian la muerte: que los Caldéos se ocupan en la Astronomia y predicciones; y los Magos en el culto, sacrificios y deprecaciones á los Dioses, como si solo á ellos oyeran; y manifiestan su sentir en orden á la esencia y generacion de los Dioses mismos, creyendo que son el fuego, la tierra, y el agua. Que no admiten sus simulacros ó esculturas, y reprueban la opinion de los que dicen hay tambien Diosas.

V. Soción en el lib. 23. dice que los Magos tratan mucho de la justicia: que tienen por impiedad quemar los cadaveres, y por cosa justa casar uno con su madre ó con su hija [1]. Que exercitan las adivinaciones y predicciones, y dicen que se les aparecen los Dioses: que el ayre está lleno de simulacros, que fluyendo de los cuerpos, suben con los vapores á los ojos de mas aguda vista; y que prohiben los afeytes del rostro, y vestir oro. Visten de blanco, duermen en tierra, comen yerbas, queso y pan ordinario: llevan una caña por baculo; y en su extremo ponen un queso, y se lo van comiendo. Aristoteles dice en su Magico, que ignoran el arte de adivinar por encantos. Dicelo tambien Dinón en el libro 5.º de su Historia; y

  1. Esto tambien lo permitio Epicuro y otros Filosofos; y aun se practicó por algunas gentes.