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LIBRO V.

un tapiz y dos almohadas de las mejores, a fin de que no parezca me he desentendido de ellos en orden al aprecio y estimación. Respecto a mis sirvientes ordeno así: a Demetrio, libre ya hace tiempo, le mando volver el precio de su libertad y le doy cinco minas, un manto y una túnica para que pueda sustentarse decentemente, ya que trabajó tanto en útil mío. Igualmente devuelvo a Critón Calcedonio el precio de su rescate y le doy cuatro minas. A Micrón lo dejo libre, y Licón lo mantendrá e instruirá por espacio de seis años contados desde ahora. También doy libertad a Caretas; lo mantendrá Licón, y le doy dos minas y mis libros ya publicados[1]; los no publicados los lego a Calino, a fin de que los publique diligentemente. A Siro, ya liberto, le doy cuatro minas, le entrego a Menodora, y si algo me debe se lo perdono. Lego a Hilara cinco minas, un tapete velloso por ambas caras, dos almohadas, un tapiz y la cama que le agrade. Dejo también libre a la madre de Micrón, a Neomón, a Dión, a Teón, a Eufranor y a Hermias. Agatón quedará libre pasados dos años; y pasados cuatro lo serán Ofelión y Posidonio, mis esclavos de silla de manos. A Demetrio, a Critón y a Siro les dejo un lecho a cada uno y un tapiz

  1. Βι βλία τά άνεγνωσμένα.