procurarán sus demás amigos y conocidos, tanto por honor mío como por el de la escuela misma. Bulón y Calino con los demás familiares quedan encargados de mis funerales y combustión, cuidando de que no sean escasos ni superfluos. Los efectos procedentes de lo que poseí en Egina los dará Licón después de mi muerte a los jóvenes palestritas para aceite en la lucha a fin de que, por este beneficio, quede memoria mía y de cualquiera que me honrare. Colocará también mi estatua en el paraje que más conviniere, a consulta y deliberación de Diofanto y de Heráclides, hijo de Demetrio. De lo que tengo en la ciudad devolverá Licón a cada uno lo que me haya prestado después que él partió. Bulón y Calino satisfarán a los que acompañaren mi entierro, y los gastos de éste con los demás funerales; esto se sacará de las alhajas domésticas que he dejado a entrambos. Honrará[1] también a los médicos Pasitemis y Midias, pues son dignos de ello y de mayores honores, tanto por el cuidado que de mí han tenido cuanto por el arte que profesan.
4. »Dejo al hijo de Calino un par de copas tericleas[2], y a su mujer otro de perlas; un tapete sin vello y otro velloso por ambas haces;