- pero me admira mucho que anduviese
- en una sola noche, y con pies de otro,
- el muy largo camino del infierno.
Hubo otros Licones. El primero fue pitagórico; el segundo éste de quien hablamos; el tercero fue versista; el cuarto poeta epigramático.
3. También ha venido a mis manos el testamento de nuestro filósofo, que es en la forma siguiente: «Así dispongo de mis cosas, por si no pudiese sobrellevar esta enfermedad. Cuanto tengo en casa lo doy todo a mis hermanos Astianacte y Licón[1]; y ellos deberán satisfacer cuanto yo recibí de diferentes personas en Atenas, como también los gastos de mi entierro y demás funerales. Lo que tengo en la ciudad[2] y en Egina lo doy a Licón, ya porque tiene mi mismo nombre, ya por haber vivir conmigo muy bien largo tiempo; cuanto y más, que así era justo se hiciese con uno que ha sido tenido por hijo. El paseo lo dejo a los amigos que quieran usarlo, a saber: Bulón, Calino, Aristón, Amfión, Licón, Pitón, Aristómaco, Heraclio, Licomedes y Licón mi sobrino. Determinarán éstos quién haya de quedar elegido para regentar la escuela, que deberá ser el que tuvieren por más hábil y a propósito. Lo mismo