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LIBRO V.

Aristóteles; y el octavo fue peripatético, habitante en Alejandría.

3. De nuestro Estratón físico existen también los testamentos, concebidos en la forma siguiente: «Esta es mi disposición testamentaria por si algo me aconteciese. Cuanto tengo en casa lo dejo a Lampirión y Arcesilao. Del dinero que tengo en Atenas curarán primero mis ejecutores de lo perteneciente a mi entierro y de lo que a él se sigue por ley, no haciendo nada de superfluo ni escaso. Ejecutores del testamento serán Olímpico, Arístides, Mnesígenes, Hipócrates, Epícrates, Górgulo, Diocles, Licón y Atenes. Dejo la escuela a Licón, por razón que los demás unos son viejos y otros están ocupados; todos los cuales harán bien ratificándolo y aprobándolo. Déjole también todos mis libros, excepto los que yo he compuesto; todos los vasos de cocina, los manteles y vasos de mesa.

4. »Darán los ejecutores a Epícrates quinientas dracmas y uno de los muchachos, el que pareciere a Arcesilao. Lo primero que harán Lampirión y Arcesilao es dejar libre a Daípo de las obligaciones que contrajo por Ireo; y nada deberá ni a Lampirión ni a sus herederos, sino que quedará libre de toda obligación. Daránle también los ejecutores quinientas dracmas, uno de los muchachos, el que a Arcesilao pareciere, a fin de que habiéndome ayudado mucho en el trabajo y