que sería largo enumerar. Fue siempre sumamente aplicado al trabajo y fecundísimo en invención, como consta de los arriba notados libros que escribió, los cuales se acercan a cuatrocientos, contando solamente los que de cierto son suyos. Atribúyensele además otros muchos escritos y varios apotegmas no escritos que encierran saludables consejos.
17. Hubo ocho Aristóteles: el primero este mismo. El segundo, uno que gobernó la república de Atenas, de quien corren ciertas Oraciones judiciales muy buenas. El tercero, uno que escribió De la Ilíada. El cuarto fue orador siciliano, que escribió Contra el Panegírico de Isócrates. El quinto, uno apellidado Mito, discípulo de Esquines Socrático. El sexto fue cireneo, escritor De Poética. El séptimo fue un maestro de niños, de quien hace memoria Aristóxeno en la Vida de Platón. Y el octavo fue un gramático de poco nombre, de quien anda un tratado Del pleonasmo. De nuestro estagirita hubo muchos discípulos; pero el más célebre fue Teofrasto, de quien vamos a tratar.