Esta página ha sido validada
273
DE DIÓGENES LAERCIO.
- mil trabajos sufrieron,
- tu fuerza publicando con facciones.
- Por el mismo deseo de alcanzarte,
- bellísima Virtud, Aquiles y Áyax
- a la mansión tártarea descendieron.
- Igualmente, el amor de tu hermosura,
- robó del sol los claros resplandores
- de Atarna al ciudadano;
- que siendo ya clarísimo en sus hechos,
- haránlo más las musas inmortales
- hijas de la memoria,
- prendas del firme amor, que dan aumento
- de Jove Hospedador al sacro culto[1].
Hay un epigrama mío a él, que es el siguiente:
- De impiedad acusaba Eurimedonte,
- sacerdote de Ceres,
- a Aristóteles, y éste el riesgo evita
- acónito bebiendo.
- Esto era realmente lo más fácil
- para burlar a un sicofanta injusto.
6. Fue el primero que escribió defensa de sí mismo; y fue en esta misma acusación, como dice Favorino en su Historia varia; y también que dijo que en Atenas:
- las peras sobre peras,
- y los higos maduran sobre higos.
Dice Apolodoro en las Crónicas que Aristóteles nació el año primero de la Olimpíada XCIX;
- ↑ Este himno lo trae Ateneo, lib. XV, con poca variedad.