al lado, hacia la derecha, por cuya razón es único[1]. El primero está dividido en lo interno. Que éste es propio de la naturaleza de Sí mismo o del Mismo, y los demás del Otro[2]. Que el primero es el movimiento del alma, y el segundo el del universo y planetas».
37. «Estando, pues, hecha desde el medio la división de manera que se extiende y une a los extremos, conoce y comprende el alma las cosas existentes, puesto que tiene en sí misma los principios armónicamente. Que la opinión se hace por el círculo llamado Otro, y la ciencia por el llamado Mismo. Que los principios de todas las cosas son dos, a saber: Dios y la Materia, llamando a Dios Mente y Causa. Que la Materia es informe e infinita; pero de ella se forman y componen las cosas». Dice que «habiéndose movido sin orden en algún tiempo esta Materia, la fijó Dios y la unió en un lugar, teniendo por mejor el orden que el desorden. Que esta sustancia o materia se convirtió en los cuatro elementos o principios: fuego, agua, aire y tierra, de los cuales fue engendrado el mundo y cuanto hay en él. Solamente la tierra, dice, es inmutable: dando por causa la variedad de figuras en las partes
- ↑ No está dividido en seis, como el antecedente.
- ↑ χαί τόν μήν, εϊναι ταύτού τούς δέ, θατέραυ, esto es, que el círculo no dividido es de sí mismo: los demás son del otro que no está dividido. Son estas locuciones muy oscuras y difíciles de comprender, cuanto más de explicar. Podrá leerse el mismo Platón en su Timeo, Plutarco en su Opúsculo de la procreación del alma, etc.