trabajos voluntarios por los amigos, a causa del amor y benevolencia».
24. Los nombrados teodorios se apellidaron así del arriba citado Teodoro, cuyos dogmas siguieron. Este Teodoro quitó todas las opiniones acerca de los dioses; y yo he visto un libro suyo nada despreciable, titulado De los dioses, del cual dicen tomó Epicuro muchas cosas. Fue Teodoro discípulo de Anniceris y de Dionisio el Dialéctico, según Antístenes en las Sucesiones de los filósofos. Dijo que «el fin es el gozo y el dolor: que aquél dimana de la sabiduría; éste de la ignorancia. Que son verdaderos bienes la prudencia y la justicia: seguros males las costumbres contrarias; y que el deleite y el dolor tienen un estado medio». Quitó la amistad, por razón que «ni se halla en los ignorantes ni en los sabios: en los primeros, quitado el útil se acaba también la amistad; y los sabios, bastándose a sí propios, no necesitan amigos». Decía ser muy conforme a razón que el sabio no se sacrifique por la patria; pues no ha de ser imprudente por la comodidad de los ignorantes. Que la patria es el mundo. Que dada ocasión se puede cometer un robo, un adulterio, un sacrilegio; pues ninguna de estas cosas es intrínsecamente mala, si de ella se quita aquella vulgar opinión introducida para contener a los ignorantes[1]. Que el sabio puede sin
- ↑ Sin embargo de este desatino, San Clemente Alejandrino, en su Amonestación a los gentiles, pone a este Teodoro entre los filósofos que vivieron honesta y moderadamente.