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LIBRO II.
X E N O F O N T E.

1. Xenofonte, hijo de Grilo, nació en Erquia, pueblo del territorio de Atenas. Fue muy vergonzoso, y hermoso de cuerpo en sumo grado. Dicen que habiéndolo encontrado Sócrates en una callejuela, atravesó el báculo y lo detuvo. Preguntóle donde se vendían las cosas comestibles, y habiéndoselo dicho, le preguntó de nuevo: «¿Dónde se forman los hombres buenos y virtuosos?». A lo cual, como Xenofonte no le satisficiese de inmediato, añadió Sócrates: «Sígueme y lo sabrás». Desde entonces fue discípulo de Sócrates. Fue el primero que publicó en forma de Comentarios las cosas que antes sólo se referían de palabra, siendo también el primer filósofo que escribió Historia.

2. Refiere Aristipo en el libro IV de las Delicias antiguas que Xenofonte amaba a Clinias y hablaba así: «Con más gusto miro a Clinias que a todas las demás cosas bellas que tienen los hombres; nada me molestaría ser ciego para todas las cosas, con tal que gozase de la vista de Clinias; aflíjome de noche y cuando duermo, porque no lo veo; doy mil gracias al día y al sol porque me muestran a Clinias»[1]. Hízose muy amigo de Ciro en la forma siguiente:

  1. Este pasaje lo trae el mismo Xenofonte en su Convite, con poquísima diferencia; y es notable que Laercio vaya a buscarlo a Aristipo.