gulo, sobre el que se baja una perpendicular del ángulo opuesto; tómese la longitud de la base y de la perpendicular con el compás; mídanse ambas aberturas en la escala; multiplíquese la mitad de una de estas líneas por toda la otra y hágase lo mismo con cada triángulo: este es el principio en que se funda, aunque hay varios medios de abreviar la operacion.
Los que se emplean para levantar un plano son diferentes de los de la agrimensura; en aquellos se buscan medidas por medio de las cuales se calculan las superficiés, y para construir un plano basta hacer en el terreno las medidas necesarias para poder calcular en el papel, en una proporcion dada respectivamente, unos objetos con otros como lo están en el terreno. Todos estos puntos se obtienen por medidas tomadas con la cadena ó calculador y por el valor de los ángulos, ó lo que viene á ser lo mismo, por direcciones que salen de un punto mismo comun al plano ó terreno sobre los objetos que se han de fijar en el plano.
LAVADO DE UN PLANO. Sucede con frecuencia que un propietario quiere tener un plano con colores propios, esto es, que es menester dar á cada clase de cultivo la tinta convenida para designarle. Los principales colores que se emplean para este objeto son: tinta de China, carmin, tierra de Sienne calcinada, sepia, goma guta, minio, rojo oscuro y azul de Prusia. Todos estos colores se venden preparados en pastillas.
La tinta de china preferible es la que rota manifiesta limpieza y brillantez; cuando se moja exhála un olor fuerte y aromático de ámbar y no deja asiento en el fondo de la vasija donde se deslie.
Basta para usar la tinta de china y los demas colores que se han designado desleirlos en agua pura en tacillas de pedernal ó porcelana, refregando ligeramente cada color en el fondo de la taza que debe contenerle.
Siempre deben hacerse las tintas un poco menos fuertes que
