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chilihueque

de Hist. I 42) dice "llamánnos a nosotros Ingas, i a nucstros caballos hueques Ingas, que quiere decir ovejas de Ingas".

Gómara 237 (siglo XVI) dice: [En Chile] "hai muchas ovejas, como en el Cuzco". Nájera 30 (1614) menciona que son blancos, negros o mezclados de los dos colores. Hai pocos i en jeneral los indios no los matan para comida. Ovalle 90 (c. 1640) dice que las ovejas de la tierra (de color blancas, negras, pardas o cenicientas) habian servido para el trajin de llevar trigo, vino, maiz; en 1614 servian todavía de aguadores en Santiago, "pero ya hoi no sirven de nada de esto". Indica que la lana se usó para tejer mantas i que se les conducia poniendo un cordel en las orejas. | Id. 91 "Son mui semejantes a las ovejas que dijimos de la tierra los guanacos, así en la traza i figura de su cuerpo, como en la lijereza, pero diferéncianse totalmente en e] color... rojo de un rubio aburelado claro i nunca se domestican".
Rosales I 324 dice (c. 1660): "Los carneros que llamamos de la tierra es un ganado mui doméstico, tan grandes como un ternero de un año... El color es en unos castaño, en otros blanco, i negro en algunos, mezclado en pocos estos tres colores... En el Perú los llaman llama o paco i aquí chilligueque. De aquellas provincias se piensa que vinieron a éstas, porque allá hai grande abundancia de ellos i en éstas son pocos los que se hallan, i es gran riqueza en un indio tener dos o tres. I en el Perú los tienen a millares i se sirven de ellos para el trajin de la plata, vino i otras mercancías. Mas en éstas no cargan cosa alguna i solamente los crian los indios con grande regalo por la lana, i miran mucho por ellos, guardándolos dentro de sus casas, porque es la mejor hacienda que tienen para comprar mujeres para casarse"...Spielberg dice que en la Mocha los vió arando... "pero es cierto que en ninguna parte de este reino de Chile los han enseñado a arar, ni los han ocupado en este ejercicio, que yo le he andado todo i ni lo he visto ni oido decir que aren con carneros de la tierra. Ni aquellos isleňos usan de arado, sino de las lumas para cavar la tierra".
No obstante esta desautorizacion mui fundada, e indudablemente exacta, la fábula de los chilihueques uncidos al arado