dice, que merecerá el nombre de sabio qualquiera que con mediana reflexión le leyere: y San Ildephonso, Arzobispo de Toledo, empléa su pluma en otras mui semejantes expressiones en su tratado de los Varónes ilustres.
4 Este torrente de bien ponderosas autoridades tiene que vencer la ligereza de aquellos, que por contentarse con el vago sonído de una Voz (cuyo significado imagínan que entienden) les paréce estúdio supérfluo y vano la penetración de la propriedád, puréza, y naturaleza de la Voz, y su significación: y es debido que confiessen yá, que no es supérfluo, ni inútil aquel estúdio, que costó la vida à un Doctor de la Iglésia, y que no emplearía superfluamente el tiempo un Santo, y tan docto, y que la Iglésia no daría la borla de Doctór à quien con tanto cuidado havía trabajado muchos años en el cultívo de este estúdio.
5 Y para que no se crea que por falta de razon nos cubrimos con el escúdo de la autoridád, no será agéno del intento el insinuar que las Ciéncias no se pueden calificar por ociosas, con el pretexto de no ser lo mas noble que es possible su objéto. Si esta razon valiera, solo la Sagrada Theología Expositiva, y Escolástica, cuyos objétos son la contemplación Divína, y averiguación de sus propriedades y atribútos, y la Morál que nos condúce, como regla de las operaciones libres, para dirigirnos à la Bienaventuranza, fueran Ciéncias útiles: y à lo mas pudieran lograr este nombre la Medicina, porque su objéto es la salud corporál, y la Justícia, que nos mantiene en paz el comércio humano de unos con otros, dando à cada uno lo que es suyo: con que viniera à suceder que todas las demás Ciéncias y Artes liberales merecieran el opróbrio de inútiles, de ociosas, y de enteramente excusadas, conseqüencia legítima, cuya falsedád obstentan las Ciéncias todas, y las Artes: siendo bien cierto, que la Philosophía, llave para las mayores Facultades: la Rhetórica, que diríge para la feliz explicación de los conceptos: la variedád de las demonstraciones Mathemáticas, que en tan distintas Facultades se divierten en amenissimos tratádos: los rigurosos preceptos de las Gramáticas de distintas Lénguas, y finalmente (aun no siendo Ciéncias) la vária erudición de Lénguas, de Poétas, de História, de dichos de Sábios, y de notícias de la antigüedád, son ciertamente un adorno, y un realce que han estimado los SS.PP. de la Iglésia, y los mas venerados Sábios del mundo, sin haver tenido por ociosidád, ni por supérfluo los estúdios de estas aménas, aunque no tan necessárias, Facultades.
6 Ciertamente nos enseñó este lección la Omnipoténcia y Providéncia Divina en la creación del Universo, pues criado el hombre, y para él todas las cosas del mundo, no solo le proveyó del trigo, y semejantes semillas para el pan, y del agua, que son las precisas para la vida, sino tambien immensa cópia de animales terrestres, aéreos, y aquátiles para su gusto, arómas para su apetíto, flores para su diversión, frutas para su de-