que se consideró escollo inevitable, que no podía excusar la dilación, ni suplir el estúdio: dictámen, que ha enseñado la experiéncia en quantos célebres Diccionarios logramos oy perfectos, pues la Académia de la Crusca sacó su Diccionario en un tomo, poco mas que mediano: y en la segunda impressión dió à luz dos tomos grandes, y uno menór, compuesto de várias curiosidades pertenecientes à la léngua Toscána. El de la Académia Francesa confundió con su abundáncia los antecedentes, que con apláuso havían sacado vários Autóres, y yá le hace sombra el posterior de Trevoux. El celebrado histórico de Moréri se lee en cinco, ù seis tomos de à folio, quando el priméro, que tanto crédito dió à su Autór, salió de su mano en dos tomos de à quatro. Con que, atendida la experiéncia, este accidente es propriedád de todo Diccionario, y la halla el discurso su fundamento: porque como las obras de los Diccionarios no sean de aquellas en que puede apurarse la matéria, por no depender tanto del entendimiento, quanto de la memória, que es la que excíta las espécies, siendo quien las prodúce una poténcia frágil: es en ella tan naturál la inadverténcia, ò el olvído, que no es possible sacar estas obras con su última perfección, sin que despues se revéan, limen, y añadan à expensas del afán de una, y otra prensa.
29 Añádese à lo referido otra circunstáncia, que atendida sirve tambien de excúsa. Esta es, que las obras por mas que se revéan manuscritas, para emendarlas no se consigue el intento con tanta perfección, como vistas y examinadas despues de impressas: porque la mayor atención es preciso se divierta en la dificultad de leer lo manuscrito; al contrário de lo impresso, que como es clara su lectúra, solo se aplíca en ella el cuidado para la corrección, ò la crítica: y assi es mas facil de corregir y emendar lo impresso, que lo manuscrito. Por cuyas razónes, suponiendo que el defecto que puedan tener algunas voces, ò phrases es común de todo Diccionario la primera vez que sale al público, se determinó proseguir la idéa, y empezar à imprimir, cerrando los ojos à este inconveniente: à que solo se puede satisfacer en la segunda impressión, con lo que avíse la adverténcia de los Académicos, ò note la curiosidád de los erudítos.
30 Los Académicos prosiguieron en sus taréas, hasta conseguir dár princípio à la impressión por el mes de Octubre de mil setecientos y veinte y quatro: lo que no pudieron antes, por tenerlos parados la falta del papél: que no solo en nuestros Réinos estaba escáso, sino tambien en la general fábrica de Génova, donde fué preciso aguardar se trabajasse, por no haver fabricada la porción que era menester. Desde este tiempo no ha cessado la prensa, ni parado el curso de sus contínuas vueltas. Pero quando esta Náo (que se havía mantenido en bonanza, aun en la ocasión que la calma era desesperada tormenta) iba viento en popa arribando yá al Puerto de sus deséos: al tiempo de estarse imprimiendo el pliego