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Real piedad costearía este gasto, que con menos liberalidád no podía llegar à logro su esperanza.

24 Vióse bien presto premiada la confianza que se fundó en nuestro soberano Protectór, pues informado su Magestad de lo prevenido para la impressión, y de las demás circunstáncias, que en breve memoriál se expusieron, se sirvió de condescender liberalmente con la súplica, expidiendo en veinte y dos de Diciembre del año de mil setecientos y veinte el Decréto siguiente:

Considerando de quanta utilidád y beneficio es à el público lustre y esplendór à la Nación la subsistencia de la Académia Españóla establecida con mi Real Protección, y atendiendo à las instancias que me ha hecho, à fin de que la destíne caudáles para dár princípio à la impressión del Diccionario de la léngua, que tiene mui adelantado: He venido en señalarla sesenta mil reales de vellon de renta en cada un año, y que se la satisfagan del importe de los dos maravedis mas, que he mandado exigir y cobrar, desde priméro de Noviembre de este presente año, de cada libra de tabáco de todos los géneros, que se consume en España, para lo qual se han dado las órdenes convenientes: y mando que acabada la impressión del Diccionario, à la qual destíno esta cantidád, los referidos sesenta mil reales de vellon subsistan y queden por renta annuál para dotación de la Académia, y quando llegue este caso me hará presente los indivíduos que la componen, con expressión de sus circunstáncias y graduaciones, para que yo los señále los sueldos que me pareciere conveniente. Tendrase entendido en la Académia, y se executará assi. En San Ildephonso à 22. de Diciembre de 1723. Al Marqués de Villena. Está rubricado de su Magestad.

25 Este Real Decréto perpetuó la Académia, que hasta alli havía vivido sustentándose de la esperanza, zelo, y respéto à su Protectór: y haviéndose leído en la Académia, lo primero que se acordó fué rendir las debidas grácias à tan Real Bienhechor, y pedirle licencia de passar al Real Sítio de San Ildephonso à executarlo personalmente, y ponerse à sus Reales pies: y no haviendolo permitido su Magestad, por haver entonces determinado hurtar al mundo todas las ocasiones que se debían à su Real mérito, y apláuso, se enconmendó la oración de grácias à Don Lorenzo Folch de Cardóna, que vista por la Académia, se remitió à manos del Marqués de Grimaldo, quien la puso en las de su Magestad, y es la siguiente.

SEÑOR. La Académia Españóla, que en otras ocasiones se ha puesto à los Reales pies de V.M. para hacer expressión de la verdadéra alegría, ò justo dolór que dominaba sus fieles corazónes (segun lo ha persuadido la ocurréncia de los negócios, prosperos, ò adversos: que en todos igualmente se interessa su amorosa fidelidád) lo repíte ahóra, impelída de su reverente, justa, reconocida obligación, para dár à V.M. las mas rendidas grácias, por la singular honra que ha merecido à su Real magnanimidád, dignándose de concederla sesenta mil reales de renta para imprimir el Diccionario de la léngua Castellana, primer cui-