Uvo princípio la Académia Españóla en el mes de Junio del año de 1713. Su primer Autor, y Fundadór (à quien este cuerpo confiessa agradecido deber el sér) fué el Excelentissimo señor Don Juan Manuel Fernandez Pacheco, Marqués de Villéna, duque de Escalóna, Mayordomo Mayor del Rey nuestro Señor, y Caballero del Toisón de Oro, en quien igualmente concurrían la grandeza en el nacimiento, las mas elevadas prendas en las virtudes moráles, la constáncia en las mayores tribulaciones, el exemplo en la mas acrisolada fidelidád, y una continua aplicación à las buenas letras, desde que tuvo uso de razón, hasta el último término de su vida: lo que acredíta bien la copiosa y selecta librería, con gran cantidád de curiosos y apreciables manuscritos, que dexó por fruto de su incessante desvélo. Debiera aqui la gratitúd à su venerada memória dexar correr la pluma en sus merecidos elógios; pero lo suspende, por haver parecido mas conveniente imprimir aparte algo de lo mucho que se puede decir en su alabanza, por no interrumpir la relación de la institución y progressos de la Académia: permitiendo la relación de la institución y progressos de la Académia: permitiendo este ligéro desahogo para consuelo del agradecimiento.
2 Este sábio Heróe hallandose en los últimos tercios de su loable aplicación, procuró y consiguió se prosiguiesse, aun despues de muerto, en el estúdio de la Académia, que estableció: para cuyo intento suplicó al Rey nuestro señor Don Phelipe Quinto (Dios le guarde) se sirviesse de dár licencia de que se pudiesse formar este congresso, à que debía preceder su Real beneplácito. Concedióle su Magestad con la mayor dignación, manifestando haver tenido antes ánimo de resolver lo mismo que entonces le proponía el Marqués. Con tan soberano apóyo se discurrió en convocar Persónas que compusiessen este cuerpo, que (segun lo referido) tuvo priméro alma que diesse vida, que materiál sugéto en quien infundirse. Solicitó el Marqués à algunos, que sirviessen de primer matéria à esta composición: y su grandeza, autoridád y respéto hallaron quien se ofreciesse al trabájo, por honra própria, y lustre de la Pátria, sin reparar en assunto tan árduo como el que se proponía, ni en lo dificil que es unir voluntades diversas, y entendimientos distintos à una idéa misma: porque à todos los conformó unicamente el deséo de hacer lo mejor, y la glória de tener parte en empressa tan basta, que cada uno conocía y confessaba no ser bastante su esfuerzo para sostenerla. Los priméros que concurrieron con el Marqués à formar las Juntas, hasta la del dia tres de Agosto del