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vimiento de 200 a 300 enfermos mensuales; de las «Conferencias de San Vicente» y de la 1.a Compañía de Bomberos de Santiago. Ha sido Director y secretario de la Sociedad Médica, director de la Sociedad de Farmacia, y de otras sociedades de instruccion y Beneficencia. Asimismo Director de la «Protectora de viudas y huérfanos de la guerra del Pacífico», de la que fué Presidente el eminente ciudadano don B. Vicuña Mackenna, y por encargo de éste, fundador de una sociedad del mismo humanitario fin en Curicó, en Cauquenes y en otras ciudades, organizando al efecto meetings populares e interesando la opinion desde la prensa de las respectivas localidades. Fué Presidente de la «Cruz Roja» de la Serena durante la invasion del cólera asiático i Presidente del Círculo de Obreros de aquella ciudad y conferencista en el seno de esta institucion. Es autor de una Cartilla para asistencia de coléricos, que mereció jeneral aceptacion. Ha colaborado en algunos diarios, en especial en el Nuevo Ferrocarril, con el seudónimo de Hipócrates. Como industrial minero ha fomentado este ramo de la actividad nacional en la Higuera, en Tiltil y en otros centros de trabajo. Ha sido candidato a diputado por el departamento de Combarbalá y a municipal por el departamento de Santiago. La Vozde las Provincias, definía su personalidad en un artículo editorial del modo siguiente: «Hombre de consejo, escritor y tribuno distinguido, el doctor Ravest se ha conquistado muchos y merecidos aplausos. Los clubs políticos de Santiago lo cuentan en el número de los mas entusiastas soldados y sus discursos lo han hecho mui popular en las masas». Desde hace varios años reside en Santiago y vive dedicado a la especialidad de las enfermedades del corazon y afecciones sifilíticas y venéreas, y que, sin volver del todo la espalda a la Alopatía, busca con ahinco, con fe y con éxito, nuevas fuentes de recursos para sus enfermos, en la Dosimetría y en la Homeopatía, estimando que las tres escuelas, aplicadas con criterio sereno, tranquilo y verdaderamente clínico—segun la naturaleza de las enfermedades, la edad, el sexo y el temperamento de los enfermos—son susceptibles de prestar servicios inestimables a los que sufren. El esclusivismo sectario—ciego e inconsciente, muchas veces—ha sido, es y será siempre odioso y funesto, tratándose de la salud y la vida de la humanidad. En su rol social es un filántropo por la nobleza de sus sentimientos.

RAYO (Francisco Luis).— Periodista. Nació en Santiago el 20 de Setiembre de 1833. Fueron sus padres don Francisco Plácido Rayo y la señora Cármen Guerra. Se educó en el antiguo y afamado colejio del sacerdote don Juan de Dios Romo. En 1851 comienza su odisea política, siendo reducido a prision como revolucionario, miéntras su padre era conducido a la isla de Juan Fernández. Las persecuciones lo apartaron de su carrera y de la capital y estableciose con su familia en Constitución, donde tuvo que consagrarse al trabajo para sostener a su familia. En 1860 se trasladó a Cauquénes, i en 1865 fué nombrado profesor de gramática del Liceo de esa ciudad. Consagrado al arte fotográfico en 1869, para el cual había hecho estudios espe-