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de E. á O. y otras tantas de N. á S., que contenían todo el vecindario, cuarteles militares y una iglesia en un convento que fué de los jesuitas. Después de ese año, el área se ha extendido por los costados boreal y oriental en calles más rectas y anchas, y es hoy un pueblo con medianamente regular caserío, una plaza principal, iglesia parroquial, tres escuelas primarias y superiores gratuitas, oficinas de correo, de telégrafo y registro civil, un banco, establecimientos de beneficencia, industriales, &c. Al pie de la colina, por donde ha sido tajada ésta para formar una cortina á la dicha fortaleza, tiene tres manantiales que la surten de excelente agua, y también se aprovecha otro, llamado fuente de peña dorada, que brota en abundancia de la base de un cerro ó alturas vecinas al SE., y en donde en una roca de arenisca, se ha labrado sola una curiosa taza para recogerse el agua á su salida de esa base. Los contornos de esta ciudad son bellos y feraces, con bosques y alturas cercanos, además del cerro Colocolo, que varían la perspectiva y hacen más interesante el contraste con el llano de sus contornos y con la vecina bahía, que le deja al frente mediano puerto. Esta población trae su origen del fuerte de Arauco Viejo, que fué removido en 1590 de allí por el Gobernador Don Alonso de Sotomayor á la inmediación del mar, entre su playa y el Colocolo, habiendo cedido los terrenos necesarios para asentarla, el hijo del cacique ya mencionado, denominándola entonces villa de San Ildefonso de Arauco; mas, seis años después, Don Martin Oñez de Loyola la trasladó á su actual sitio, levantó á la falda de dicho cerro su primer fuerte y le dió el título de ciudad de San Felipe de Arauco. En el gran alzamiento de los araucanos, que siguió á la muerte de este Gobernador, fué destruida por éstos; y, aunque restaurada por Rivera en 1603, continuó molestada por los mismos indios, durante varios años después, hasta que sus moradores se vieron forzados á abandonarla en 1655. Volvió á repoblarse por Don Angel de Pereda y por el inmediato Gobernador Meneses en 1662 y 1665. Bajo el gobierno de Don Juan de Henríquez se construyó en 1673 la fortaleza, que, con pocas modificaciones posteriores, había venido sirviendo de defensa al pueblo hasta que éste quedó casi destruido completamente por el terremoto de 20 de febrero de 1835. Todavía experimentó rudas hostilidades de los indios en los levantamientos de éstos en 1723 y 1766, y aún durante la guerra de la Independencia en el asalto que le dieron el 4 de junio de 1817 los mismos, dirigidos por una partida de realistas después de haber matado á su gobernador en Cupaño. Sus mejoras han comenzado desde que, por providencia de 7 de diciembre de 1852, fué instituida en capital de su departamento, habiendo tenido antes el carácter de plaza militar. Dista unos 85 kilómetros hacia el NE. de la ciudad de Lebu y 35 al S. de la de Coronel. Respecto del nombre, el historiador Molina lo deriva de auca, y dice «el pueblo araucano, constantemente adicto á la independencia, ama con gusto ser llamado auca: esto es, franco ó libre», y el P. Pebres, en su Arte de la Lengua, 1764,