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baja á morir por el costado norte de la misma villa. Contiene 1,857 habitantes, iglesia parroquial, dos escuelas gratuitas, oficinas de registro civil, de correo y telégrafo, hoteles muy concurridos en la estación de verano por sus excelentes baños de mar, y municipio que comprende el territorio de las subdelegaciones de Palomares y Penco. Al borde de la playa se conservan restos notables del castillo construido en 1680 á 1687, célebre por haber sido sepultado por las olas en las memorables salidas de mar causadas por los grandes terremotos de 1730 y 1751. De resultas de la última de estas catástrofes, la primitiva Concepción dejó de existir poco después, reemplazándola la nueva. Esa fué la tercera ciudad fundada por Pedro de Valdivia quien, trasladado al dicho valle de Penco en 1550, levantó desde luego el 23 de febrero de ese año un fuerte para su defensa, situándolo sobre la punta de la colina que avanza hacia el centro de la villa, y el 3 de marzo siguiente trazó el nuevo pueblo entre esa colina y el mar y repartió sus sitios y términos entre sus compañeros; pero el acto de su fundación no lo efectuó sino siete meses después. El mismo, en carta al emperador Carlos V., se expresa así: «poblé en este asiento y fuerte una ciudad y nombréla de la Concepción del Nuevo Extremo; formé cabildo, justicia y regimiento, y puse árbol de justicia á los cinco dias del mes de octubre de 1550»; recibiendo su iglesia la advocación de San Pedro. En 1552 (cédula de 5 de abril) se le concedió escudo de armas, que constaba de un águila negra en campo de oro, con un sol de oro sobre su cabeza, á los pies una luna de plata, á sus lados cuatro estrellas de oro y dos ramos de azucenas en campo azul. Pero apenas ostentaba un naciente adelanto, cuando en marzo de 1554 la despoblaron sus habitantes al venir sobre ella el caudillo araucano Lautaro después de derrotar á Villagrán en Marihueno, quien la quemó en seguida. Repoblada en 24 de noviembre de 1555, fué abandonada de nuevo y quemada segunda vez el 5 de diciembre de este año por el mismo caudillo; y así la encontró Don García Hurtado de Mendoza al desembarcar en ella á fines de 1557. Este nuevo gobernador dispuso desde luego su restablecimiento, para lo cual hizo construir un fuerte sobre la colina llamada alto de Pinto, encomendando al capitán Jerónimo de Villegas su reedificación, á lo que se dió principio el 6 de enero de 1558. Trazáronse sus calles de moderado ancho de NO. á SO., partiendo desde el borde de la bahía y cortadas en ángulos rectos por otras, casi paralelas á éste. Según el plano del ingeniero francés Frezier, que estuvo en este pueblo en 1712, la plaza ocupaba en su extremidad oeste una manzana, cuyo costado sudoeste contenía la primitiva iglesia constituida en 1603 en catedral del obispado de la Imperial y el opuesto las casas consistoriales y de la primera Audiencia, que existió aquí desde el 13 de agosto de 1567 hasta el 9 de junio de 1575. Detrás de dichas casas se hallaba el palacio del gobernador; en la manzana inmediata al NO., la iglesia y hospital de San Juan de Dios y vecino á la plaza y junto á