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efecto pasó á fundarla en 1553 Don Francisco de Villagrán alcanzando á echar sólo sus cimientos en su actual sitio, llamado por los naturales Chauracahuín, cuando tuvo que abandonarla á consecuencia de la muerte de aquel. Don García Hurtado de Mendoza renovó el proyecto, y la fundó efectivamente por medio del capitán Alonso de Ortiz en 27 de marzo de 1558, pero con el título de ciudad de San Mateo de Osorno, en obsequio á su abuelo, el antiguo conde de Osorno, de un lugar de este nombre de la provincia de Palencia en España. Tuvo entonces un regular vecindario, iglesia matriz[1], conventos de San Francisco, de la Merced, de San Agustín y Santo Domingo; un hospital de los santos Cosme y Damián; monasterio de Santa Clara ó de Santa Isabel, fundado en 1573, cuyas monjas, á la destrucción de esta ciudad, se trasladaron á Castro y de aquí pasaron á asentarse en la cañada de Santiago en noviembre de 1603; obrajes ó fábricas de paños y lienzos, establecidos en 1573; y poco después una casa de moneda que se situó á una cuadra al oriente de la matriz y en que se acuñaba el celebrado oro de Ponzuelo. Habría sido una de las ciudades florecientes de Chile si las hordas de indios que la hostigaron por tres años sucesivos no la hubiesen al fin destruido en octubre de 1602, después de despoblada. En este estado permaneció hasta 1792 y de tal modo desamparada que llegó á hacerse desconocido su asiento, cubierto por el espeso bosque que creció entre sus ruinas y el entredicho absoluto en que lo pusieron los naturales comarcanos, apesar de haberse ordenado su repoblación por las repetidas reales cédulas de 8 de agosto de 1723, 5 de abril de 1744 y otra de 1750. Descubierta por fin, mediante la amistad de los caciques Ignuil, Catrigual y Carniguán, se tomó posesión de su sitio el 22 de noviembre de 1792, habiendo esos mismos caciques cedido para formar los términos de la ciudad la comarca que encierran el Río Bueno, Pilmaiquén y Rahue. Desde luego se construyó un fuerte, cuyos vestigios se conservaban en 1859 á la parte occidental de la población sobre la barranca misma del Rahue, y comenzaron á establecerse algunos moradores; pero el acta de repoblación no se expidió sino el 13 de enero de 1796, por cuyo tiempo el Presidente

  1. Esta iglesia fué consagrada en 1577. Don Ignacio de Andía y Várela encontró entre los escombros de la misma el 2 de enero de 1796 la lápida conmemorativa, de la que da el diseño con la siguiente inscripción que se conserva en la Biblioteca de Lima, juntamente con el plano de la antigua ciudad:
    Gregorio decimotercio summo

    Pontifice Philipo secundo indiarum
    Rege Catholico
      † † †
    Frater Antonius de Sant Miguel
    Primus episcopus Imperialis ipse hanc
    Benedixit ecclesiam divo Matheo
    Apostolo anno Domini 1577 vige

    Sima quarta die mensis novembris.