DIARIO DE UNA COMEDIANTA 81
Hay, pues, en este nuevo partido, espantoso por tantas razones, y cuya única fuerza, a lo que parece, es la violencia, en este partido que pare- ce tan incoherente, que ejecuta actos de energía, crueldades y hasta infamias, hay en este partido, digo, cabezas que dirigen, organizan y admi- nistran.
A13 de Enero.
Provista del documento que pide una autori- zación para retirar mis fondos, me dirijo al Ban- co del Estado, con la esperanza de hablar al mi- nistro de Hacienda.
Lo mejor es tratar con él directamente,
¿Por qué no?
Me figuro que toda esta burocracia bolchevi- quista debe ser un desbarajuste, sobre todo en esta época.
De una plumada, el ministro despachará él mismo mi asunto. No puede ni debe rehusar esta satisfacción a una francesa. Mi nombre en realidad no le es desconocido.
En la reja me detienen los soldados. Se me obliga a presentar mi documento a través de los hierros; el documento lleva el sello bolchevique, Entonces me permiten el acceso al patio, y de allí me dirijo a la entrada principal.
¡Dios mio! Hay por todas partes una muche- dumbre imposible de imaginar. Toda esa gente
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