Página:Diario Comedianta Francesa Bajo Terror Bolchevista.djvu/75

Esta página no ha sido corregida

DIARIO DE UNA COMEDIANTA 77

Y este disfraz produce a veces extrañas equi- vocaciones.

Así fué como me aconteció un suceso algo trivial en casa de Fabergé, el gran joyero.

Me encontraba allí al mismo tiempo que una señora anciana, quien deseaba vender una sor- prendente miniatura persa, recamada de dia- mantes.

La joya me pareció interesante y me dirigí a la dama al salir de la joyería, para proponerle la compra, si el precio era razonable.

Estaba yo vestida con un abrigo color de cas- taña, muy sencillo, adornado con una piel de poco valor y llevaba en la cabeza un sombrero azul de fieltro blando.

Con toda evidencia, no tenía yo el aspecto de una elegante capaz de comprar una joya de lujo.

La anciana me midió con la mirada; y como le di mi nombre de artista, replicó:

—¡Vamos! usted no puede ser mademoiselle Paf. ¡La he visto trabajar en el Teatro Miguell ¡Es una dama muy elegante!...

En vano traté de probarle que realmente era yo. La señora de la joya, quizás me tomó por una estafadora, y se alejó a toda prisa.