DIARIO DE UNA COMEDIANTA 43
indulgentes, tal vez amables. Muchos de los bolcheviques han vivido en París, y no lo ol- vidan.
Esto me da esperanzas de que tal vez voy a vivir en paz, con más tranquilidad que en el mes de Febrero, y de que voy a trabajar seriamente en el Teatro Miguel.
Los camaradas son menos numerosos que en la otra temporada. Dubosc, Luciana Roger y Renata Baltha no intentaron la aventura.
Enriqueta Roggers se quedó con Hasti y con Colin. Nos veremos obligados a representar obras de pocos personajes.
A 19 de Octubre.
Mi primera impresión de regreso ha sido muy optimista. La revolución, cualquiera que sea su origen, cualquiera que sea su fin, quienes- quiera que puedan ser sus jefes, será siempre la revolución, es decir, algo continuamente angus- tioso.
Los momentos trágicos no han terminado.
Apenas si he podido volver a tomar durante algunos días el contacto con mi vida anterior, buscando nuevamente a los amigos, comiendo con ellos en las fondas, donde, por otra parte, he encontrado los precios doblados; sentía el goce intenso de creer terminada la pesadilla.