DIARIO DE UNA COMEDIANTA 31
Son guiados por denuncias que a veces son vulgares y venenosas.
No se toman siquiera el trabajo de compro- barlas,
Pero cuando pasa como en el Hotel Europa, que el hecho denunciado resulta ser exacto, estos miserables se encarnizan y matan...
A 1.2 de Marzo.
Volvi hoy al Hotel Europa, inquieta por la suerte de mi amiga.
Con asombro, encuentro todo como si nada hubiera pasado. Allí hubo muertos, pillaje; pero la vida ha tomado nuevamente su curso normal. ¡Nitchevo!
Mi amiga me indica a uno de los denuncian- tes. Conserva su puesto de criado y hace su servicio, Es el que me anunció tan correcta- mente.
Pero el malestar aumenta en todos y las noti- cias son engañosas e inquietantes.
Parece que el emperador tuvo que abdicar en favor de su hermano, el gran duque Miguel. Se supone que escribió un manifiesto solemne.
Tado el mundo dice que esta solución no va a dejar satisfecho al partido obrero, que ya no quiere nada con los Romanof.
Retroceden para caer mejor, he ahí todo. Y
