148 PAULETTE PAX
Este hombre, que es honrado, siente ver- gilenza.
A 23 de Julio.
¡He aquí la alegría verdadera!... ¡Hay sol!.., Las noticias de la guerra son buenas, positiva- mente buenas...
¡La guerra! ¡Es admirable que todavía se pien- se en ella aquí, en un pueblo de apáticos y de serviles!
¿Qué les importa los millares de hermanos rusos caídos durante más de tres años?
Pero, ¡qué alegría para una francesa!
Las noticias son lacónicas y están truncadas se- guramente.
Hasta la actitud y el silencio de los periódicos amigos de Alemania son singularmente signifi- cativos.
Y además, hay cosas que están en el aire, que se transmiten y se extienden a millares de le- guas. Por la radiografía, en la Misión francesa, se han tomado —aunque imperfectamente— pa- labras que son una esperanza.
¡Ah! ¡Partir, partir! ¿Dejar esta tierra de mal- dición, esta tierca muerta, para volver a mi que- rida Francia y vivir las horas que vienen?... ¡Qué dicha!