132 PAULETTE PAX
ritas, muy vasto, y situado a la orilla del Neva.
Hay centinelas en todos los rincones y en todas las puertas. ¿Tendrán miedo estos hom- bres?
Al llegar, un soldado me detiene y me manda ala oficina número 21, del piso bajo. Una vez allí, recibo un pequeño billete rojo para dirigir- me hacia el número 36.
Los billetes son inspeccionados por una mul- titud de personas, sobre todo de soldados.
Por fin, se me hace subir al segundo piso. La escalera es vasta, de doble evolución, entre mu- ros muy blancos, y tiene un barandal de hierro forjado.
Me aventuro en un interminable corredor, cuya bóveda es ojival. A derecha e izquierda se ven puertas con grandes números rojos,
En la puerta número 36 una enana me recibe; sí, una enana, y después de oir mis explicacio- nes, me da todavia un billete para el número 81, donde reside el comisario municipal,
En estos sitios me encuentro sucesivamente a un patizambo, a un jorobado, a un hidrocéfalo; aquello es una visión del patio de los milagros...
Y recuerdo haber oído decir que entre los bolcheviques hay numerosos seres anormales, como si los degenerados, para tomar venganza de sus miserias físicas y de la injusticia de la Na- turaleza, la emprendiesen contra la Humanidad