Página:Diario Comedianta Francesa Bajo Terror Bolchevista.djvu/113

Esta página no ha sido corregida

DIARIO DE UNA COMEDIANTA 115

Esta noticia asombrosa nos llegó ahora en la mañana.

Pero este acontecimiento no afectará los lati- dos de aquel sublime corazón.

¡Oh, París mío! ¡Cuando pienso que vivo en tre tus asesinos!... entre este pueblo que no cesa de repetir:

—¡Tenemos vergiienza de ser rusos/...

¡Pues bien! ¡Qué diablo! ¡Haced algo!

Si todos los que piensan así, obrasen, darían, por lo menos, una prueba de su sinceridad.

¡Vamos, amigos míos, bebamos un vaso más de cognac, y que viva Francial

Qué desgracia para mí no poder yo ira Pa- rís. ¿Habrá buen paso allá? No. Eso es muy tris- te, y no obstante se me asegura que allá se. toman pasteles y bizcochos. Y he ahí al mismo que te- nía vergienza de su nacionalidad, pero que ol- vidará sus escrúpulos cuando se trate de ir a di- vertirse y a darse buena vida en París, no obs- tante que los alemanes se hallan a catorce kiló- metros de Amiens, y que la capital del mundo se halla amenazada. Nitchevo. ¿Adónde podre- mos terminar la noche? La única dificultad es la elección. Todo esto se ha llenado de mascaradas, tabernas y teatros. ¡Vamos a Bi-Ba-Bo! El ma- yordomo me conoce; tal vez nos dé algo para be- ber. ¡Poidium! Vamos aliá.

¿Será esto una simple coincidencia? ¿Será, al