DIARIO DE UNA COMEDIANTA 109
para enviar despachos a Francia, en estos mo- mentos que él tiene tantas cosas que comunicar. Intenta encontrar medios ingeniosos para remi- tir sus artículos con personas de buena voluntad, que esperan partir. :
Esta paz es un desastre para Rusia. Es preciso hasta doblegarsc ante los turcos y devolverles Batum, Kardakghan y Kars, los distritos conquis- tados en la última guerra. Sé que la paz de Brest fué firmada por Sokolnikoff, el mismo que me preguntó en cierta ocasión: ¿Habla usted alemán?
A 6 de Marzo.
Nos parece que la temporada del Teatro Mi- guel ya no durará mucho tiempo. Hay demasia- do bochismo en Petrogrado para que una com- pañía francesa sea tolerada por más tiempo.
Sin embargo, nos sostendremos hasta el fin.
Ayer tuvimos la audacia —- me parece muy fuerte la palabra—de representar en pleno régi- men bolcheviquista, y en medio de la invasión alemana, La elevación, de Enriqne Bernstein.
Hermosa representación desde el punto de vista artístico, y en la que todos, puedo decirlo, trabajamos con el alma.
Pero el público no ha respondido.
No por hostilidad, ciertamente.