momentos, no comprenderá jamas toda la sorpresa i admiracion que causa el instante en que la evidencia de estos hechos penetra en el alma!
Quedé, pues, abobado, desorientado i aturdido, perdiendo boda esperanza de salir de tan lamentable estado.
Cuando al fin volví en mí, miré a mi alrededor, i Nemrod con Eva i Ada habian dejado el salon.
Aunque en realidad hacia pocos momentos que yo habia conocido a estas personas, el hecho de hallarme solo i sin saber nada ni recordar nada, me habia adherido a ellas, aparte del profundo afecto que me inspiraba Eva. Eran mis únicos conocidos, es decir, los únicos de quien sabía el nombre i algunos detalles concernientes a un estado social. Pero, las cosas pasan con tanta rapidez en Júpiter, que me parecia haber vivido mucho en compañía de ellos.
Yo pasee mis miradas por todo el salon i escudriñé todos los rincones, pero, la realidad me entristecíó: Eva no estaba entre los concurrentes.
Pensé entónces en salir a la, calle i recorrer la ciudad casa por casa. Yo, era, invisible, intanjible; tenia una gran facilidad de movimiento, i el