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se evocan mis recuerdos

puedo serle útil, me tiene entero a sus órdenes.

Diciendo así, me tendió la mano que estreché, lo confieso, entre agradecido i desconfiado.

Procuré entónces esplicarle, del mejor modo que me fué posible, lo que por mi ánimo pasaba, i despues de escucharme con cierta reserva, a la par que con una bondad que impedia todo retraimiento, me dijo con dulzura:

—Calma, calma, amigo mio. Para comprender estas cosas, es preciso, es indispensable una gran serenidad de espíritu. Tenga Ud, presente que sus dudas i vacilaciones encierran muchas preguntas simultáneas, que me es preciso escalonar en órden para contestarlas. Así, le recomiendo seguir a estas agradables jóvenes en sus investigaciones i estudios, i a la vez iremos conversando.

Diciendo así, me tomó del brazo i me hizo fijar la atencion en la palabra de Eva que decia a su compañera, paseando por la galería:

—Otro de los puntos resueltos completamente por Abel, es que en la Tierra comienzan apénas a tener noticias de la galvano-plástica. Es verdad que eso no tiene nada de particular, desde que no conocen aun la naturaleza de los ajentes físicos, cosa demostrada por las investigaciones hechas por el cuerpo sabio. Pero lo que hai de curioso es, que poseen ya muchos de los elementos principales i no malician lo que tienen entre manos, prueba del pequeño alcance intelectual de las razas que pueblan ese globo. Figúrate que sa-