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eva i ada

invisibilidad e intanjibilidad puestas a prueba de tantos modos, vínome un mal pensamiento que desgraciadamente puse sn práctica. Lleguéme a una de las jóvenes i me puse a su lado con todo valor. Ella no se apercibió de mi presencia. Le dirijí la palabra en alta voz i le dije al oido.—Preciosa criatura, dime tu nombre!... Tampoco pareció sentirme.— Entónces acerqué mis labios a la mas bella mejilla que jamas he visto i estampé en ella un ardiente beso.—Beso, sin eco, i sin sombra de sensacion por parte de ella. Un dolor punzante, un fastidio atroz, un desagrado indecible se apoderó de mi, al persuadirme de la imposibilidad de hacerme sentir. Tuve celos de todo, hasta de los ajentes incorpóreos que como el calor, la luz, la electricidad, tenian accion sobre ella.

¡Es algo tan desagradable como estraño lo que se siente en esas circunstancias!

La pareja continuaba su paseo hablando con grande animacion. Yo la escuchaba con delicia i amargura a la vez. En la conversacion habia descubierto, que la bella de mis impresiones se llamaba Eva i Ada su compañera.

Es de notar, que tengo la conciencia de que estoi traduciendo al castellano mis recuerdos, i sin embargo, no podria decir de qué manera sonoban los hermosos nombres Eva i Ada en la lengua universal. Solo puedo decir a este respecto, que dicho idioma se presta admirablemente a todos los caprichos de la fantasía. Del tono científico de los