Página:Desde Jupiter.pdf/126

Esta página ha sido corregida
— 126 —
una luz natural

Diciendo así i como si no se curase de mi presencia, se entregó a una profunda meditacion.

XXXI.
VAMOS VIAJANDO.

D

e súbito, como quien despierta de un sueño, ella se alzó no ya risueña i juguetona como ántes sino serena i grave, como quien está resuelto a terminar un asunto sério, i dirijiéndose a mí, que se me salia el corazon por la boca, me dijo.

—¿Qué idea, se ha formado Ud. de la materia?

Aquello era para, volverse loco.— Amar profundamente, hablar de amor, interpretar a un profesor de filosofía jupiteriana sobre este asunto, i oir de boca del ser mas amado que imajinarse puede semejante prosaica pregunta.

Ella, comprendió la profunda contrariedad de mi espíritu i sin embargo insistió en la misma pregunta.

—La, materia, dije, es la materia como el espíritu es el espíritu. Yo no que mas puede preguntarse sobre esto.

—Pero, dijo con cierto empeño, concebis que la materia pueda dejar de ser materia?

—No entiendo la pregunta, le respondí.

Ella pareció contrariada de mi estupidez i volvió de nuevo a entregarse a sus modificaciones, mas,