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una luz natural

espandir, de irradiar, de penetrar todo lo que lo rodee, al contrario del odio que nos reconcentra, en nosotros mismos nos estrecha nos aisla i empequeñece. El amor realiza la felicidad de los seres i su fórmula matemática se espresa diciendo, que la felicidad crece en razon directa del desarrollo de la facultad de amar.—El amor incondicional a los seres, toma el nombre de caridad; i cuando la caridad ha llegado a igualar su intensidad al amor de sí mismo, entra el ser que la posee, en la corriente de la felicidad universal i eterna.

Al concluir esta frase el filósofo jupiteriano, Ella, me miró penetrando todo mi interior como quien busca algo. Buscaba en efecto mi respuesta que no trepidé en formularla, como me pareció mui natural.

—Puede mui bien suceder que el amor sea lo que este señor esta diciendo, pero, lo que es yo, lo entiendo de otro modo i mui diverso; pues no entiendo que mérito puede haber en el amor de un ser que lo ame todo. Lo que es yo, poco me preocupo de tal amor con relacion a los que yo amo, pues solo me preocupo del que me profesan a mí solo con preferencia a terceros, sean los que fuesen.

Ella dió un suspiro.

—Si, dijo, hablando consigo misma, comprende el amor como necesidad individual no como lei de felicidad eterna. Este es de la Tierra; pero hagamos un último esfuerzo.