Página:Desde Jupiter.pdf/120

Esta página ha sido corregida
— 120 —
los mismos

tan... Risueña i juguetona, picaresca i enloquecedora... Ella me interrumpio insistiendo.

—No recuerda, no presiente Ud. haberme amado antes?

Yo hubiera deseado que así fuera para haber tenido la dicha de contestarle afirmativamente. Pero, en la imposibilidad de engañarla era preciso confesarlo: aquel ser estraordinario que revolucionaba mis sentimientos que yo tenia la certidumbre de conocer mucho, que tanto i tan loco amor me inspiraba, me sujeria al mismo tiempo completa seguridad de que por vez primera me inspiraba tales sentimientos.

Todo esto, pasó instantaneamente por mi imajinacion; pero, no tan instantáneo que a sus penetrantes ojos se escapara. Así con la espontaneidad i gracia de un niño, se echó a reir de tal manera que apesar de mi ya confuso i singular estado, no pude ménos de acompañarla, con la íntima conciencia de reir de mí mismo.

—De modo, dijo ella sin dejar de reir, que si viniese otra criatura inspirándole aun mas amor que el que yo le inspira, la amaria Ud. como a Eva, como a mí, i mas que a ámbas ¿talvez?

Era la pregunta impertinente i comprometedora. Pero, Ella habia tomado sobre la mi influencia suficiente para impedirme formular siquiera una pobre escusa.

No necesitaba escuchar mi respuesta. Leia