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III 
 

inmediata ai Tamesis, le puso en contacto con la gente de mar, y le proporcionó el conocimiento dei capitan de un buque, que hacia el tráfico de negros en la costa de Guinea. La narracion de sus viages, de sus aventuras, y de sus mismos peligros enñamaron la mente del joven facultativo, que se decidió fácilmente á acompañarle en su próximo viage. Poco después de su regreso á Inglaterra, emprendió otro á Cádiz, en donde se embarcó para Buenos Aires. Una enfermedad que le sobrevino, cuando el buque se preparaba á zarpar de esta rada, le hizo perder la ocasion de volver á Europa. Solo, aislado, falto de relaciones y de recursos en una tierra extraña, cuyo mismo idioma le era desconocido, tuvo que ampararse de los que por instituto profesaban la caridad y la filantropía. Hijo de irlandés, y católico, aunque nacido en un país disidente, invocó con confianza los auxilios que necesitaba. La aplicación que hizo de sus conocimientos médicos en su propio individuo, inspiraron á ios jesuitas que lo asistian, el mas vivo deseo de poseerlo ; y sea que obrase en él la gratitud, sea que se hallase bajo el influjo de sentimientos mas elevados, no tardó en decidirse á pronunciar sus votos.


La estension que habian dado los jesuitas á sus trabajos evangélicos, mantenia en una actividad extraordinaria á sus operários, y sobre todo á los que, como Falkner, estaban iniciados en los secretos de la higiene. Así es, que desde el dia en que entró en la Compañia, hasta la supresión de esta orden, pasó del Paraguay á Tucuman, y de las pampas del sud á los bosques impenetrables del Chaco.


Encargado por el gobierno español de reconocer las costas del vireinato de Buenos Aires, empezó á mirar el país bajo un nuevo aspecto, y fué acopiando materiales para una obra que, según parece, destinaba al ministerio inglés. Nos es sensible hacer dudar de la lealtad de este escritor: pero son tan claras y evidentes las indicaciones que hace en varios párrafos de su obra, que no es posible equivocarse sobre sus intenciones.


Tal vez la persecucion del gobierno español contra los Jesuitas influyó en esta conducta, que aun así no queda justificada. Sean cuales fueron los motivos de disgusto que tenga un extrangero con-