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y ha sido escrito siete días después del pri- mero, pero enviado junto con éste :
Parece que hubiera un hilo eléctrico entre nos- otros —comienza.— Yo he pensado mucho en us- ted en estos días, y veo, con gusto, que también us- ted ha pensado en mí. Estaba ayer en mi cuarto cuando me trajeron su libro (se trata de un nuevo envío de Gutiérrez). Mandé corriendo a buscar al emisario para darle la carta adjunta que, desde el domingo, duerme en mi cartera... Hace días que pienso mucho en mi último viaje, y enlos momen- tos que puedo arreglo papeles. No se puede imagi- nar usted las cartas de usted que he quemado. Creo que a nadie ha escrito usted más que a mí. Algo separo para que usted mismo lo queme. Mi espíritu y mi cuerpo están muy abatidos... Con respecto al pobre San Martín, cuando nos vea- mos le diré a usted algo para la historia. Usted que recoge cenizas aprovechará.
No nos ha sido dado averiguar si la pro- metida entrevista se verificó. Lo más proba- ble es que la señora de Mendeville se llevara
a la tumba los datos, seguramente interesan- 10
