Página:Del amor, del dolor y del vicio.djvu/83

Esta página ha sido validada
79

comprender las razones que su querida hubiera podido tener para no recurrir á él en el momento de comprar los muebles de su nueva casa. «¿Qué habrá comprado? —decíase á sí mismo—. ¿Qué habrá comprado? Muebles Luis XV, sin duda, ligeros, bonitos, rococós, cubiertos de sedas claras, muy doraditos, muy lucientes... Mucho terciopelo, tal vez... Tal vez una colección inharmónica de piezas de mil estilos... En fin, ya veremos.» Su sensibilidad de poeta sentíase, de antemano, herida por las faltas de buen gusto que la marquesa hubiera podido cometer al amueblar «el nido».

Su sorpresa fué, pues, muy grande y muy agradable al penetrar en el diminuto palacio alquilado por Liliana en los alrededores de París, entre Bolonia y San Claudio, á orillas del Sena, en uno de los puntos más pintorescos del admirable círculo de árboles que encierra, como con un fresco cinturón de verde fieltro, á la inmensa ciudad de piedra.