Esta página ha sido validada
VIII
Algunas semanas después de la visita del notario, la marquesa preguntó á su amante si tenía algo que hacer ese día.
—No —repuso Carlos—; ¿por qué?
— Porque... ya lo verás...
— ¿Me necesitas?
— Sí, te necesito.
— Para acompañarte á casa de tu costurera, ¿no es cierto?
— No; no es cierto...
— Entonces...
— Entonces... ¡Curioso! ¿Quieres saber para qué? Pues bien: te necesito para que me ayudes á completar la instalación de nuestro nido; un nido que