germinando poco á poco en su mente por las metamorfosis consecutivas del primer deseo.
Liliana conocía perfectamente las particularidades enfermizas de su temperamento; mas en vez de hacer esfuerzos por desarraigarlas, cultivábalas con verdadera complacencia, creyendo poseer en ellas una fuente de actividad vital indispensable á su organismo. Analizando su existencia pasada, creía descubrir en ese vaivén eterno de su alma y en esa perpetua ondulación de su intelecto, la causa de su tranquilidad, pues no habiendo sentido ninguna pasión completa, pudo resguardarse siempre de un capricho con otro capricho, de un anhelo con otro anhelo.
Después de arreglarse el peinado con una meticulosidad minuciosa, dando á cada rizo suelto una inclinación especial, dividiendo las partes flotantes del cabello en mil flecos diminutos, aprentando en un haz compacto la parte superior, com-