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— ¿Como Carlos?

— No... Sí... Más robusto, más hombre todavía, como un cosaco, como los atletas de las ferias.

Margarita reía irónicamente oyendo á su amiga. Ésta continuó:

— Como el luchador del Luxemburgo; algo que sea más alto, más macizo que los hombres en general... pero ¿por qué ríes?...

— Porque eres una niña.

— Una bestia, quieres decir... Pues bien: en efecto, soy una bestia que desea un amante cual el raptor de Europa... Ya sé que eso no te gusta á ti, pero, en fin, por probar...

— No; si no lo digo porque tu deseo me parezca mal, sino porque me parece que si lo que necesitas es un macho, no lo encontrarás entre los que parecen atletas. Dicen que Casanova era pálido y delgado, á pesar de lo cual dormía á veces con siete mujeres en la misma noche.