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XI
Mientras Carlos discutía ruidosamente con Plese á propósito de las últimas creaciones de Rodin; mientras la Muñeca y Margot se decían, al oído, frases ligeras y misteriosas; mientras todo el mundo, en fin, parecía contento y excitado, Robert permanecía silencioso, en su butaca, fumando cigarrillos y sirviéndose copas de coñac.
— ¿Qué te pasa, Robert? ¿Por qué estás preocupado y cabizbajo? —preguntóle la marquesa.
—Nada, nada... No se ocupen ustedes de mí.