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DE MADRID A NAPOLES

Desde el Café Greco , donde he permanecido dos horas , creyéndome en el Café Suizo de Madrid, y donde hemos pasado revista á media España, me he venido al Hotel, más triste aún que me encontraba esta tarde en elPincio... — ¡Ay! es el presentimiento del dia que me espera mañana... ¡Mañana, dia de Noche-Buena!

VI.

LA NOCHE-BUENA EN ROMA.

«. ..¡Noche bendita!... cuntan los niños sencillas y tiernas copias: rien los padres tristes y iiablan los taciturnos; bendicen á Dios las mujeres abandona- das, al ver una mirada de amor en los ojos del es- poso..., y en tanto los viejos, que ya no existen como actores de la vida, sino como testigos de la vidadem os, casi se consuela i de la proximidad de la muerte, al encontrarse repruducidos en sus hijos y en sus nietos...))

Saben cuantos me conocen, ó leen mis escritos , el recogimiento y el respeto con que saludo todos los años el dia de Noche-Buena. Para mí es esta la más santa efeméride de la vida ; un religioso aniversario que celebran todos mis afectos en el ara de la memoria ; la fecha en que recapitulo mi pasado, desando mis años uno á uno, evoco á mis muertos queridos , busco con la imaginación á mi familia y vivo mentalmente en su amoroso seno ; la fecha también en que dirijo al porvenir una inquieta mirada, queriendo descubrir entre las vagas sombras de los años futuros la fórmula de mi destino, mi familia venidera , la desconocida que ha de ser mi esposa, los seres que serán mis hijos, la casa que presenciará mis patriarcales goces de la vejez, la tumba que recogerá mi cadáver.

Más de una vez he escrito y publicado mis solemnes emociones de este dia. — Hace cinco años apareció La Noche-Buena del poeta, en que lloré la soledad del hijo-pródigo que busca afanado un techo amigo bajo el cual pasar la noche pascual... y no !o halla. — Más tarde publiqué unos Episodios de Noche-Buena (1), en que pintaba las alegrías de los hijos de Madrid durante todo el dia de hoy. — El año pasado, en fin, tracé á la luz de una hoguera, en los montes de África, unos párrafos que titulé La Noche Buena del soldado...

En todos esos escritos he consignado ya cuanto pudiera decir aquí acerca de lo que experimenta el que vaga por el mundo como ave de paso, cuando, al marcar el reloj del tiempo este melancólico aniversario, recuerda el alma los tranquilos dias de la niñez , las dulzuras del hogar paterno y tant«s años perdidos en la vanidad de efímeros placeres.— Refié-

(1) De ellos está tomado el párrafo que sirve de epígrafe á este capítulo.