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DE MADRID A NAPOLES

Decididamente, mi imaginación no puede estarse quieta en Sienna : hace un momento se habia ido de Perugia á España, pasando por la alta Italia, y ahora la sorprendo camino de Viterbo...

Me lo explico perfectamente. Es el vértigo de la espectativa: es la proximidad y la atraccion de la Ciudad Eterna. Mis ideas zozobran hoy como los barcos que se acercan al Maelstrom. — Hoy no vivo: hoy no es para mí más que la víspera de mañana... — ¡ Y ese mañana..., es Roma!

A pesar de tan honda preocupacion , visito la Catedral , que es todo lo gótica que puede serlo una Catedral de Italia, y mucho más de lo que yo me prometia. — El interior, sobre todo, respira no sé qué poesía simbólica, litúrgica, propia de las Iglesias del Norte.

Pero el gran prodigio del Duomo son sus célebres pavimentos, cubier- tos de magistrales dibujos debidos á un procedimiento muy raro que se llama graffito, y que no es el mosáico, aunque produce un efecto seme- jante. — Para contemplar tales maravillas , hemos hecho levantar por mu- chas partes el entarimado que cubre toda la Iglesia, y, entre los portentos de arte que han aparecido á nuestros ojos, merecen particular mencion una Eva de peregrina hermosura y un grandioso Moisés sobre el Sinai.

En esta Catedral hay un Púlpito, esculpido por Nicolás de Pisa, tan magnífico , cuando menos , como los otros del mismo autor que hemos admirado antes de ahora.

Tambien son de notar los Frescos que adornan la Librería , debidos á Bernardino Betti, llamado il Pinturricchio, y tan soberanamente hermo- sos , que algunos críticos se los han atribuido á Rafael.

Otras muchas obras de arte pudiera citar entre las que decoran el Duomo, y entre las innumerables que he visto hoy en varios Templos; pero recuerdo mi promesa de ser muy sóbrio en enumeraciones de obras artísticas, y paso á otra cosa , no sin recomendar á los viajeros, que visi- ten detenidamente todas las Iglesias de Siena , así como el Islituto delle Belle-Arti. — De camino verán en la Iglesia de Fonte Giusta, entre los ex- votos que adornan un Altar, un machete indio, un escudo de armas y un enorme bigote de ballena, regalados por Cristóbal Colon cuando regresó por primera vez del Nuevo-Mundo... — Por último , en Siena deben ser visitadas la famosa Universidad , que data de 1203, y la Biblioteca públi- ca, donde se enseñan algunas cartas dictadas por Santa Catalina; pues es un hecho probado que la insigne autora del Diálogo con el Padre Eter- .no no sabia escribir...

Pero se hace de noche... — Regresemos al Hotel.

Son las diez y cuarto. La nieve ha fatigado al viento y cae sosegada- mente sobre la tierra.

Nuestros preparativos de viaje terminan ahora mismo. La silla de posta está dispuesta en el Correo , esperando á que demos la órden de enganchar á la hora en que se nos antoje , por desusada que sea. — Así lo