Página:De Madrid a Nápoles (1878).djvu/473

Esta página ha sido corregida

DE MADRID A NAPOLES. 439

llarda Torre, con su elegante Loggia, con sus ventanas ojivales, con su almenado Castillo. — Por lo demás, esta plaza se diferencia de todas las del mundo, en que no presenta una superficie plana, sino que está con- formada como una inmensa concha. — En torno de ella gira una inclinada acera de extensas baldosas, donde es muy difícil tenerse de pié.

Más adentro está la célebre Fuente Gaja, llamada así de la alegría que produjo á los sieneses el ver que se habia conseguido subir el agua á su plaza favorita; alegría muy justificada si se tiene presente que la ciudad de Siena aventaja en altura sobre el nivel del mar á todos los montes cir- cunvecinos, y que por lo tanto fue sumamente difícil y costoso surtir de agua constante la susodicha Fuente.

Por último, en esta Plaza hay todos los años, el dia 15 de agosto, unas famosas carreras de caballos ¡sobre las baldosas inclinadas de que he he- cho mencion!..., siendo de advertir que las apuestas que se cruzan no son á quién corre más, sino á quién se mala menos; pues creo inútil de- cir que no hay año en que no se tiña de sangre humana el improvisado hipódromo.

A todo esto se me había olvidado haceros reparar en que nos está ne- vando encima desde esta mañana. — Y lo peor es que al pícaro viento se le ha ocurrido hoy juguetear con los copos de nieve y arrojárnoslos á la cara; lo cual, como podreis comprender, no tiene nada de agradable.

En cuanto á los Condes de M., salieron esta mañana para la insigne ciudad de Perugia.— La bendicion de Dios los acompañe, como los acom- paña mi mortal envidia.

Mas no vayais á creer que lo que envidio es precisamente la felicidad que ellos disfrutan: no; lo que yo deseo es otra felicidad semejante. de nadie conocida, para mí destinada, galardon exclusivo de mis penas. — ¿Por qué ha de ser esto imposible?

Pero volvamos al asunto.

Además de la Plaza del Campo. hay en Siena un paraje en que se siente toda la grandeza pasada de la rival de Florencia. — Tal es la Puerta del Bautisterio, donde, dicho sea entre paréntesis, escribo estas palabras á pesar de la ventisca.

Desde aquí se descubre la Escalinata que sube á la Plaza de la Cate- dral, se vé un grandioso rompimiento de Arcos, y se alcanza la severa perspectiva de Palacios imponentes y terribles Fortalezas...

Si alguna vez visitais á Siena, no dejeis de hacer alto en este lugar.

Aquí os acudirán nobles pensamientos : aquí sentireis los dolores de la despedazada Italia : aquí (mejor que desde lo alto de los Alpes) podreis tender los ojos del alma sobre el presunto Reino Itálico, y recordar las regiones que acabais de recorrer: — el Piamonte, la Lombardía, el Véneto, las Legaciones , Parma, Módena y la Toscana: — aquí podreis darles un adios, y disponeros á cruzar los Montes que os separan de la Campiña de Roma y de la otra mitad de Italia; del antiguo mundo, como ya la he- mos llamado...