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DE MADRID A NAPOLES

tunado Savanarola, expositor elocuente del ascético misticismo del monje artista, y paladin (como él) del espíritu puro, fuente de vida de la religión de Jesús, contra el materialismo pagano que volvia á la sazón sobre toda la Cristianidad:

La Iglesia de Santa Marta Novella , donde hay que admirar, entre otras muchas cosas, la renombrada Madonna de Cimabue, «primer monumento del renacimiento del arte en Florencia» (dice un crítico), llevada en triunfo por el pueblo desde el taller del pintor á dicha iglesia; los célebres Frescos de Chirlandajo , maestro de Miguel Ángel , que revisten todo el coro; un Crucifijo, tallado en madera por Brunelleschi, de cuya obra se dice que no tiene rival en el mundo, y un Juicio Final, pintado en un muro por Andrés Orcagna, quien no vaciló en colocar á Dante entre los Bienaventurados, á pesar de que, como ya hemos dicho, el artista era casi contemporáneo del poeta:

Or San Michele (es decir; Ahora San Miguel), originalísima iglesia, que ya he nombrado más atrás, construida para Lonja de granos, y tan notable por su bella arquitectura gótica como por las Estátuas debidas á Juan de Bolonia, Ghiberti y Donatello que adornan el exterior [1], y por el Tabernáculo de mármol blanco, también de estilo gótico, obra del citado Orcagna, que se admira dentro del templo, y que constituye una de las maravillas de que más se enorgullecen los florentinos:

Y finalmente, otros Frescos de Chirlandajo que decoran la Sacristía de Santa Trinitá y representan la Vida de San Francisco.

De intento he dejado para lo ultimo el hablar de San Lorenzo, magnífica iglesia, propiedad y monumento de los Médicis, don le se ve la célebre Sacristía Nueva, construida y adornada por Miguel Ángel para Panteón de aquella familia. — Allí se admiran siete obras maestras de escultura de este soberano artista: la Estátua de Lorenzo II de Médicis, ó sea il Pensiero (la meditación, el pensamiento), llamada asi por su actitud soñadora; la Aurora y el Crepúsculo, figuras alegóricas que reposan sobre el sarcófago de Lorenzo; la Estátua de Julián II de Médicis, sentado sobre su propio sepulcro; las del Dia y la Noche, figuras alegóricas reclinadas á sus pies, y un grupo de la Virgen y el Niño Jesús, no concluido, pero sumamente notable. — Cualquiera de estas siete estatuas bastaría á la gloria de Miguel Ángel. — Hay una sobre todo (la que representa á la Noche) que compite en belleza y expresión con las mejores esculturas de la antigüedad.

También forma parle de la iglesia de San Lorenzo la Capilla de los Médicis, más lujosa que artística , donde están enterrados los Grandes Duques Cosme II y Fernando I, y se ven los Mausoleos de Cosme I, Francisco I y Cosme III. — La Tumba y Estatua de Cosme II, de bronce dorado, es obra de Juan de Bolonia.


  1. De estas eslaiuas, las más bellas son la de San Jorge y la de San Lucas; ambaí eje- cutadas por Donatello,— A esta última fue á la que dijo Miguel Ángel, IIcdo de lidmira- cion:— «Máicos, ¿por qué no me hüblas?»