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DE MADRID A NAPOLES

dos hileras de casas, cuyos portales son otras tantas tiendas, ocupadas casi todas por plateros) ; il Ponte á Santa Trinitá, compuesto de tres elegantes y atrevidos arcos peraltados, y adornado con cuatro Estatuas ; il Ponte de lla Carraja, así llamado por los muchos carros que pasan sobre él, y finalmente, allá muy lejos, donde no hay ya casas á las márgenes del Arno, sino jardines y alamedas, il Ponte di Ferro, uno de los dos puentes colgantes tendidos sobre el rio en las afueras de la Ciudad.

Después de recorrer de un extremo á otro el Lungo l'Arno, ó Lung' Arno , hemos dirigido nuestros pasos á la célebre Plaza de la Señoría ó del Gran Duque, que, por sus monumentos arquitectónicos y por sus recuerdos históricos y poéticos, compite con la Piazzetta de Venecia, y que, por las obras maestras de Escultura que la adornan , hace adivinar lo que debieron de ser las Plazas de Atenas, cuando las obras de Fidias, Praxiteles y Cleómenes recibian en ellas la lluvia del cielo y las reveren- tes miradas de los mendigos o ciosos. — En el Foro de Florencia , son Miguel Ángel, Benvenuto Cellini, Juan de Bolonia y Donatello los que excitan la admiración de los transeúntes; pues en él figuran, y podéis ver siempre que paséis (y hasta reparar en que mucha gente cruza ya cerca de ellas sin mirarlas), cinco ó seis obras maestras de aquellos inmortales artistas.

Desde luego habéis empezado por admirar el conjunto de la Plaza, irregular, es cierto; pero muy pintoresca y graciosa; hermoseada por la noble, severa y elegante fachada del Palazzo Vecchio, Capitolio de Florencia, por los grandiosos arcos de la Loggia de Lanzi, donde se reunia el Pueblo á conferenciar sobre la cosa pública, y por el célebre Palacio Ugoccioni, que unos creen ser obrado Rafael y otros del renombrado Paladio.

Al pie de estos edificios veis primeramente el famosísimo David de Miguel Ángel, estatua colosal que representa al Profeta-Rey en los primeros años de su juventud, cuando no era más que un sencillo pastor, pero ya arrogante mancebo. En mi entender, Miguel Ángel ha querido retratar al hijo de Jessé en el momento que vuelve á su casa después de haber matado al Gigante Goliat. Su actitud es modesta y natural, digna y sublime al propio tiempo. Hállase desnudo, con la terrible honda ceñida á la bandolera, y la poderosa diestra caida. En su serena frente se adivinan ya las inspiraciones del artista, la magostad del monarca y las visiones del Profeta. La figura toda es un modelo de belleza humana. De cualquier lado que se la contemple, ya al entrar en la plaza por la Galeria degli Uffizi, ya al salir del Palazzo Vecchio, ora desde la Loggia, ora viniendo de la Catedral, ¡qué sereno continente, qué esbeltez, qué pureza de líneas! — Muchos dicen que esta Estatua, ejecutada por Buonarotti á la edad de 29 años, es la mejor obra de la escultura antigua y moderna. — Mañana, cuando vea la decantada Venus de Médicis, emitiré mi pobre voto.

Cerca de David hay un grupo colosal de Bandinelli, que representa á