Página:De Madrid a Nápoles (1878).djvu/432

Esta página ha sido corregida
400
DE MADRID A NAPOLES

Campo-Santo, con tierra traida exprofeso de Jerusalem por los Cruzados, y en seguida llamó á uno de sus hijos más ilustres, al célebre escultor y arquitecto Juan de Pisa (hijo de Nicolás , de quien ya hemos hablado) , y le dijo: «Eleva un templo á tu gloria y á la de tu patria.»

El Templo levantado por Juan de Pisa es un rectángulo de la longitud indicada, y de 104 pies de anchura. El interior se reduce á un melancólico Patio , en torno del cual corren cuatro hermosas Galerías, formadas por una sucesión de arcos ojivales abiertos á la luz. Los muros opuestos á los arcos son famosos en todo el mundo por las magistrales Pinturas al fresco que los visten. Al pie de ellas se encuentran las largas series de Sepulcros, Inscripciones, Trofeos, Estatuas y demás monumentos de todo género con que Pisa ha dado vivos testimonios de gratitud y admiración á todos y á cada uno de sus varones insignes.

Entre los Frescos merecen particular mención los de Benozzo Gozzoli, discípulo de Beato Angélico , los de Andrés Orcagna y los de Giotto.— Casi todos ellos se refieren á asuntos del Antiguo y Nuevo Testamento.

Orcagna tiene además dos obras renombradísimas. Una es el Triunfo de la Muerte, digno por cierto de la terrible imaginación de Dante. — En aquella inmensa pintura se ven en un lado muchos enfermos que llaman á la Muerte con estas palabras: ¡Oh morte, medicina d'ogni pena!... Pero la Muerte los deja sufrir, negándose á consolarlos. En cambio, asesta sus golpes á unos gallardos Mancebos y hermosas Damas que reposan de una cacería, ala sombra de verdes árboles, bajo una bandada de Amores, oyendo cantar á un Trovador y mirándose con la alegría que dan la juventud, la hermosura, la pasión y las riquezas. No lejos se distingue un montón de cadáveres de Reyes, Obispos, Guerreros, Monjas y otros personajes. Los Angeles y los Demonios andan rebuscando en el montón, á fin de llevarse cada uno el alma que le pertenece... — ¡Y cosa extraña! Los Demonios se llevan por lo regular las almas de aquellos que por su profesión ó su estado parecían estar asegurados contra el incendio eterno.

La otra obra de Orcagna es el Juicio Final, muy superior en mi concepto al de Giotto que vi en Pádua, y más admirable, en opinión de algunos críticos, que el de Miguel Ángel, si no por la forma humana, por el sentimiento religioso. — Hay en medio de esta sublime composición un Ángel Custodio, lleno de terror al ver perdidas las almas que estaban á su cuidado, que es un portento de ternura y de belleza.

Las pinturas del Campo-Santo que pasan por de Giotto , son precisamente las más deterioradas por el tiempo ó por las restauraciones, y representan los Infortunios de Job. Entre ellas hay una magnífica escena en que el Demonio le pide á Dios permiso para tentar á Job , mientras que algunos Angeles se oponen á ello. ¡ Uno de aquellos ángeles; uno, que me parece estar viendo todavía; uno, que se diría dibujado por Rafael y pintado por Murillo, vale mil obras maestras de las que más fama gozan en el mundo !

En cuanto á los portentos de escultura que encierran aquellas cuatro